28 mayo, 2013
Un niño de seis años no llegó a la escuela porque chocó con un coche
Katrina Burns, Burgos, 16 de
mayo de 2013 – 09:42 CET
Esta mañana a las 8:35 un niño
fue encontrado, sangriento en la calle, por Rosa Elena Jiménez Cinta en la
calle Moisés de León. Jiménez dijo que había oído un gran ruido y fue a la
ventana a ver que había pasado. Al encontrar el origen de los sonidos, ella se
sorprendió de ver que era un niño que “no parecía tener más que siete años,
llorando para su madre.”
Jiménez tenía razón; Guillermo
Fernández Rueda, el niño en cuestión, tiene seis años y estaba de camino a la
escuela cuando sufrió un choque muy fuerte con un coche aparcado. Según a los
padres de Fernández, Guillermo suele montar su bicicleta para llegar a la
escuela y el viaje normalmente dura menos de diez minutos. “Él siempre ha
montado la bici y la monta bien,” dijo la madre, María Luz, 34.
Al preguntar Guillermo que había
pasado, el niño respondió por lágrimas que había sido montando su bicicleta
pero no estaba prestando buena atención de lo que estaba delante de él y de
repente, chocó con un coche.
“Estaba muy preocupado porque
iba a llegar tarde y mi perrito se había comido mis deberes y no quería que mi
profe me castigara,”Guillermo consiguió responder después de unas consolaciones
(chupa chups) de su madre.
“Quería parar pero no pude”
explicó Guillermo con una cara inocente. José Manuel Pizarro Luna confirmó que
él no fue capaz de parar debido a su velocidad.
“Yo estaba en mi almacén”—Pizarro
es dueño de una frutería que está ubicada en la misma calle en la que pasó el
accidente—“y vi un flash. No me di cuenta qué era hasta yo oí el choque hacia
el coche. Fui inmediatamente a ayudar la ciclista y encontré que era un
pequeñín. Llamé a la policía principalmente, por supuesto, y después a sus
padres a ver si habían marchado para trabajo ya,” Pizarro aseveró.
Pizarro y Jiménez, que llegó a
la escena justo antes de Pizarro, se quedaban con Guillermo hasta que llegaran
sus padres y la policía y le dijeron que sabían que el niño iba estar bien
porque se estaban hablando todo la espera. Según Pizarro, Guillermo se
preocupaba más de que su perro hubiera comido su tarea que sus heridas. Médicos
han confirmado que él había sufrido una pequeña conmoción cerebral con la cual
podría explicar la confusión y la falta de dolor sobre el que contó Pizarro.
Debido al golpe que sufrió
Guillermo y la melladura que recibió el coche, se calculaba que él montaba la
bicicleta con una velocidad de 45 kilómetros por hora, una velocidad bien alta
para un niño de seis años y también para una bicicleta. Guillermo, con su mente
en otros lugares—“¡mi profe me iba a castigar!”—no se dio cuenta de que no iba
capaz de parar rápidamente a esta velocidad y al ver el coche con el cual
chocó, fue demasiado tarde.
Al pesar de la conmoción
cerebral—la cual no fue muy grave—a Guillermo lo dieron la alta del hospital
después de unas suturas y, por supuesto, más chupa chups para darle ánimo. Al
preguntarle si había aprendido la importancia de mantener los ojos puestos en
la carretera, dijo que sí, pero continuó quejar de la molestia de su perro y
los deberes comidos. La profesora de Guillermo no estaba disponible para
cuestiones pero los médicos le aseguraron que iba a mandarla una nota que
explicaría que Guillermo necesitaría una prórroga para cumplir su tarea.
El dueño del coche tampoco
estaba disponible para cuestiones.
Posted by Unknown a las 12:11 p. m. // // //
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